Las navidades son unas fechas para disfrutar, pero es cierto que el estrés de los niños en Navidad puede aumentar significativamente.

Somos una de las pocas escuelas infantiles de la Comunidad de Madrid que incorpora técnicas de manejo de las emociones como yoga, mindfulness y meditación de la sonrisa. Gracias a ello, los niños y niñas se sienten más seguros, liberan endorfinas y benefician al cuerpo a varios niveles. Esto se traduce en un menor estrés y un mayor bienestar.

¿Siempre se produce estrés en los niños en Navidad?

No siempre, por supuesto, pero son momentos que salen de la rutina y pueden generar cambios en el niño.

Adaptarse a esos cambios necesita un tiempo del que no siempre se dispone. Las vacaciones de Navidad son cortas y muy intensas, por lo que los más pequeños pueden sentirse abrumados y estresados.

Disfrutar de estas fiestas es maravilloso, pero debemos tener expectativas realistas y sanas. Tener en cuenta los factores emocionales que pueden influirnos es importante para reducir la ansiedad:

• Compromisos ineludibles
• Recados de última hora
• Consumismo desmesurado
• Presupuesto
• Recordar la pérdida de seres queridos

Si los adultos estamos nerviosos, transmitimos esa sensación de inquietud a los niños, especialmente cuando rompemos el orden de sus rutinas.

Este estrés afecta a los niños doblemente ya que, a su vez, sufren el malestar parental. Sus principales consecuencias dañan el bienestar psicofísico del niño/a.

Pautas para disminuir el estrés

Si tu hijo/a acude a nuestra escuela, dispondrá de herramientas de regulación emocional que le serán de gran ayuda. Sin embargo, debemos recordar la importancia del acompañamiento parental. Los niños necesitan la figura de un adulto que les sirva de ejemplo y les haga sentir seguros.

Algunas de las pautas que podéis seguir en vuestra familia durante la Navidad son:

• Mantén las rutinas: en días señalados sabemos que es complicado seguir el ritmo habitual. Para minimizar el estrés de los niños es importante retomar las rutinas tras determinados eventos. Por ejemplo, tras la cena de Nochebuena, en la que probablemente hayamos trasnochado, es aconsejable volver a la normalidad al día siguiente. Realizar actividades tranquilas e irse a la cama a la hora de siempre nos será de gran ayuda.
• Da ejemplo: cómo los padres manejan el estrés influye directamente en cómo lo hacen los niños. Debemos tratar de permanecer tranquilos y que los pequeños así lo perciban.
• Explica la situación: el miedo y el estrés aparecen ante las situaciones desconocidas. Durante las navidades todo cambia muy rápido en muy poco tiempo. Si les explicamos a los niños cómo va a ser cada día, se sentirán mucho más relajados y contentos.
• No los lleves de compras: siempre y cuando puedas hacerlo, claro. Los niños se aburren, se estresan y se sobresaturan de estímulos externos. Si no nos queda más remedio que llevarlos con nosotros, elijamos las horas de menor afluencia. También podemos hacerles partícipes asignándoles alguna tarea.

Reducir el estrés de los niños en Navidad es posible siguiendo estos pequeños consejos. Si tras leer este artículo aún necesitas ayuda, no dudes en consultar a los educadores/as del centro, pues podrán ampliar estas pautas para disfrutar de unas divertidas vacaciones.